
“Todas las personas sabemos cómo se siente una conexión profunda.
Todas reconocemos cómo se siente pertenecer – cuando entramos en un grupo y sentimos en lo más profundo de nuestro ser que esta es nuestra gente.
¿Cómo podemos alinearnos con nuestra necesidad de conexión dondequiera que vayamos, en nuestros lugares de trabajo, en nuestros barrios, pueblos, clubes, grupos de fe, asociaciones y nuestras familias?
Creemos que la sociocracia puede contribuir a una vida más conectada e integrada”.